top of page

Que la tortilla se vuelva

  • Foto del escritor: Laura Bitto
    Laura Bitto
  • 2 jun
  • 2 Min. de lectura
"Qué la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda..."
"Qué la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda..."

A veces pienso en las ideas sobre el paraíso y me pregunto qué imaginará tal o cual cuando visualiza el eden. Creo que, en cualquier caso, se trata de una representación fantástica de la felicidad. Mi vara para medir la felicidad es muy simple y desde chica me enseñaron que se puede ser feliz aún en horribles circunstancias. No desde un optimismo berreta, sino desde la búsqueda de instantes bellos y perpetuables. Se ve que la quietud me molesta y por eso no puedo sentarme a esperar que esos momentos únicos aparezcan por sí solos y es así como intento, a veces sin éxito y nunca en soledad, crearlos.


Podría decir que el festival antifascista, la cuarta presentación del libro La Batalla de Ideas, la música, las luces mágicas, el calor humano, el pan compartido; las letras escritas, publicadas y leídas; el sol de otoño que desopacó el gris, los abrazos. Las charlas conspirativas entre amigos, vasos de vino y empanadas en cualquier cantina porteña. Un guiño de ojo cómplice de mi compañero. Ir al cine con mi hijo. Merendar con mi hermana. El humor de mi madre. Un recuerdo de mi padre. La adrenalina de producir y organizar, el detalle y la precisión, el contenido, la estética, el lenguaje narrativo presente en todas las cosas.


En suma, fue una buena síntesis de un día en el paraíso, con miles de ideas para cambiar el mundo.


ree

El fascismo, dijeron, es un instrumento del que hace uso el capitalismo cuando se siente acorralado o en crisis. No tienen tanto poder como nos hacen creer, las grandes potencias que supieron sojuzgar a América Latina ya no son tan fuertes, se sienten y están amenazadas. Tal vez por eso buscan, desesperadas, recuperar algunos de sus viejos métodos de dominación para aplicarlos con mayor o menor éxito.  En algunos lugares les va algo bien y en muchos, muchos otros; pierden.


Pensar, hacer, crear, mientras los sueños vivan, el espíritu de lucha emancipatoria renacerá renovado una y otra y otra vez. Nos sobra espalda y nos rebalsa el corazón.


Imaginar y convertir en posible lo que quieren que creamos imposible es la tarea.


Dejá tus ideas




Comentarios


bottom of page